En este documental se presentan experiencias de individuos, familias y grupos de personas con una visión no convencional respecto de cómo resolver situaciones cotidianas con un objetivo: mantener un equilibrio entre un modo de vida rural y la preocupación ambiental. Desde la India hasta los EU, pasando por Francia, se presentan casos específicos individuales y respuestas que colectivos organizados están dando actualmente para contribuir a un mejor estilo de vida, en el que la comida sana, la conservación ambiental y la capacidad de convivir cordialmente entre grupos humanos sea una constante. Además, se evidencia que, en países como la India, una parte importante de la innovación tecnológica se origina en las situaciones de precariedad social donde nada puede desperdiciarse y se aplica en sectores de servicios como la medicina o la ciencia espacial. Todo ello gracias a la aplicación de una actitud social identificada con la palabra jugaad y que llega a repercutir incluso en el conocimiento científico que germina en los estratos sociales vulnerables y no en las instituciones de prestigio como se pudiera pensar. Por otro lado, se visitan los contextos en los que grupos de personas resuelven sus condiciones de empleo y de vida en forma colectiva en esquemas de autogestión empresarial y realizando actividades productivas que satisfacen de otra manera, las necesidades de consumo en ambientes rurales, donde cierta forma de autarquía relativa se concreta. Todo ello muestra que, en efecto, existen manifestaciones sociales que rompen con el modelo tradicional de vida urbana y que acercan al individuo no sólo a la naturaleza, sino incluso al propio ser humano, pues se trata de propiciar esos vínculos de socialización que se han perdido en la vida urbana y donde ciertos valores como “compartir”, “comprometerse” y “asumir” un mismo proyecto de vida, basado en la solidaridad, la convivialidad y el rescate del equilibrio entre lo humano y lo vivo natural que ofrecen los ecosistemas, se materialice.